En los últimos años ha habido un auge del consumo de dispositivos electrónicos de suministro de nicotina y de dispositivos de tabaco calentado. A pesar de los interrogantes que existen sobre sus efectos en la salud de las personas que los consumen y los escasos estudios al respecto, tienen cada vez mayor presencia en los mercados.
Las empresas tabacaleras afirman que la eliminación de la combustión es una ventaja que tienen estos dispositivos por sobre el cigarro convencional y los promociona como innovadores y como productos de riesgo reducido. Sin embargo, la producción de estos dispositivos depende de un conjunto de materias primas adicionales al tabaco, tales como minerales metálicos y no metálicos cuya explotación y comercialización tiene impactos altamente nocivos en la vida de las personas y los bienes naturales, sobre todo de pueblos y comunidades que habitan en los territorios donde se ubican los proyectos extractivos.
Con esta investigación se muestra que no es sostenible el negocio de la adicción que se funda en la sobre-explotación minera para la producción de los dispositivos de tabaco calentado. Es necesario que las personas tomadoras de decisión cuestionen las afirmaciones de las tabacaleras sobre los beneficios de los PTC y promuevan una mayor vigilancia y regulación de estos productos. Las empresas tabacaleras deben priorizar la protección y el respeto de los derechos humanos y el medio ambiente sobre sus ganancias y dejar de intentar darle la vuelta a las leyes que les regulan.